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Desde AKO Agro, el Ing. Agr. Agustin Calderoni, asesor externo de la compañía en el NOA, desarrolla una interesante explicación sobre cómo planificar una estrategia de fertilización y rendimiento a partir del uso de nanotecnología.

 

La agricultura moderna es como una carrera de alta velocidad. No basta con tener un auto con alerones llamativos y aerodinámica perfecta: la verdadera performance está en el motor y en la calibración de cada sistema. En el campo, ese motor son las funciones fisiológicas del cultivo, básicamente, fotosíntesis y respiración.

Hoy contamos con tecnología: maquinaria de precisión, sensores, mapas, inteligencia artificial. Sin embargo, la tecnología no corre sola. Su valor depende de nuestra capacidad para pilotearla y hacer que cada herramienta funcione en armonía con el sistema productivo. Si seguimos agregando dispositivos sin ajustar el motor, el sistema se vuelve más costoso y menos competitivo.

Este es el momento de despertar la conciencia técnica. No alcanza con enfocarnos únicamente en limitaciones —herbicidas, insecticidas, fungicidas— aunque son fundamentales. El siguiente paso para crecer en competitividad y escalar rendimientos es mirar la calidad del suelo y entender su dinámica.

Para ajustar el motor es necesario que la fotosíntesis trabaje al máximo y la respiración con eficiencia adecuada. Para que esto ocurra necesitamos una base sólida: el suelo. Las claves para ajustar el motor son: Calcio, Magnesio, Potasio, Materia Orgánica, Saturación de bases, Sodio (PSI), Conductividad eléctrica.

La productividad no se construye apagando problemas, sino diseñando sistemas eficientes desde la raíz. Competimos contra Brasil, Estados Unidos, Paraguay, Ucrania…. Ellos no solo suman tecnología, también ajustan el motor. Si queremos estar en la misma liga, debemos integrar conocimiento, tecnología y estrategia.

Lubricación y refrigeración:
Un motor potente no sirve si no tiene un buen sistema de lubricación y refrigeración. En agricultura, esto significa preparar la planta para que sus funciones vitales trabajen al máximo rendimiento, incluso bajo condiciones de estrés.

Sobre las estrategias para preparar la planta, el Ing. Agr. Agustin Calderoni, asesor externo de AKO Agro, enumera:
– Más raíces: vencer la compactación para explorar más suelo.
– Mejor relación de índice de cosecha: equilibrar crecimiento vegetativo y reproductivo.
– Aprovechar cada milímetro de agua y nutrientes disponibles.

Podemos “refrigerar” con agua, con prácticas básicas, o con tecnologías de alta performance que aseguren eficiencia fisiológica. Aquí entra la nanotecnología, que no solo aporta nutrientes, sino que optimiza la absorción y el transporte interno, reduciendo fricciones y disipando el calor del estrés. Así, el motor —el cultivo— mantiene su rendimiento en condiciones extremas.

Pilotear la tecnología
Un auto de carrera con motor optimizado y sistema de refrigeración perfecto todavía necesita algo más: un piloto que sepa aprovechar cada curva, cada cambio de marcha, cada segundo. En agricultura, ese piloto somos nosotros.

La tecnología está disponible, pero su valor depende de cómo la integramos y la hacemos funcionar en armonía con el sistema productivo. Un mapa sin interpretación es solo una imagen; un sensor sin estrategia es solo un dato. La verdadera ventaja surge cuando transformamos información en decisiones inteligentes.

Pilotear la tecnología significa:
– Calibrar cada herramienta para que responda a la realidad del lote.
– Integrar datos para diseñar estrategias, no solo para reaccionar.
– Medir y ajustar constantemente, porque la agricultura es dinámica.

La tecnología cumple un rol fundamental, nutrir, no es aplicar el nutriente faltante, es necesario que la formulación entregue el o los nutrientes de manera adecuada sin producir ruidos en las plantas como por ejemplo, sal, óxidos. En este sentido, Nanocover es la línea de nano fertilizantes desarrollada con nanopartículas de nutrientes que permiten penetrar en las estructuras de las plantas y alcanzar sus tejidos más profundos. En particular, Nanocover Plus es una tecnología que aporta hormonas, aminoácidos, macro y micronutrientes de manera controlada, con una dosis reducida de aplicación, sin ruidos en la planta y sustentable con el medio ambiente. Algunos de los beneficios son:

 

  1. Mayor eficiencia en la liberación lenta y controlada de nutrientes.
  2. Mejor absorción y disponibilidad de nutrientes.
  3. Menor dosis de aplicación en comparación a fertilizantes convencionales.
  4. Menor impacto ambiental. 
  5. Mejora la calidad de los cultivos. 

 

Del suelo al podio
Competir en el mercado global exige precisión, eficiencia y resiliencia. No basta con correr: hay que ganar. Y para ganar, debemos pasar de aplicar soluciones aisladas a diseñar sistemas completos, donde el suelo, la planta y la tecnología trabajen como un equipo de alta performance.

Este es el llamado: despertar la conciencia para competir. Sí se puede.
El camino es evolucionar:
– De agrónomos a ingenieros del rendimiento.
– De apagar problemas a anticipar soluciones.
– De tecnología estática a tecnología pilotada con conocimiento.

Del suelo al podio: la ingeniería del rendimiento agrícola.